¿Alguna vez has estado en un equipo de alto rendimiento?
Decidir trabajar en un equipo de alto rendimiento, o decidir formarlo es muy fácil. Tan solo necesitas la «potestas» que te dé tu organización, tu capacidad de «auctoritas» y tu decisión para hacerlo. Ahora, distinto es conseguir que funcione bien, obtener buenos resultados y, lo más difícil, que perdure en el tiempo.
La capacidad de ilusionar o ilusionarse es la actitud, la voluntad, de la que parten normalmente los nuevos equipos de trabajo. Sin ella 2+2 será tristemente un concepto matemático de resultado 4, en el mejor de los casos.
Permíteme que hoy vuelva a utilizar mi experiencia en los equipos a los que he pertenecido en el pasado, en la administración pública, privada, o recientemente en start ups como impulsor u observador y no siempre con éxito.
Sin la ilusión de formar parte de un equipo, de obtener un resultado determinado, de sentirse miembro de una comunidad, me atrevería a decir que el equipo fracasará. Sin ella no es posible, pero sólo con ella, el fracaso pude ser superior debido al mayor grado de expectativas de sus miembros.
Os presento 4 fases necesarias para tener éxito en un equipo de alto rendimiento.
La forma
Nos permite trabajar. Tiene que ser clara, conocida y aceptada, pudiendo cambiar según las circunstancias una vez que hayan sido aceptadas de nuevo. Al igual que hay que ponerse de acuerdo en cuál será el idioma a utilizar, hay que establecer cuáles son las normas de trabajo, la estructura de los procesos y el sistema integral de toma de decisiones. En cuanto a los objetivos, los individuales y los de la organización, todos deben ser posibles a la vez, sabiendo que la esencia se encuentra en el grado de contribución a la estrategia general de la compañía. Aquí, si no hay un sistema de jerarquías y responsables, aunque el papel lo aguantará todo, ya conocemos los resultados de los ejércitos anárquicos: siempre pierden. Lo siento, tiene que haber un jefe que sea aceptado. Primer objetivo de un jefe: tener la «auctoritas».
El Alma
Sí, las empresas y los equipos de trabajo tienen alma, como las personas. ¿Alguien las ha visto? Yo no, pero sabemos que existen. El Clima de trabajo tiene que ser propicio para que la ilusión de cada miembro pueda desarrollarse. Y la Ilusión de cada uno debe apoyarse en la confianza que tiene en sus compañeros. Tienes que saber que no te van a fallar y viceversa, de esta forma puedes céntrate en darlo todo por la responsabilidad que tengas. La Cultura empresarial (reconocimientos, instrumentos de trabajo, horarios, nivel de compañerismo, sistema de calidad, etc) debe permitir que un equipo de alto rendimiento tenga su propia metodología para tomar decisiones compatibles con la estrategia general.
La Emoción
Se produce cuando cada miembro es consciente de que con su esfuerzo personal está logrando un objetivo de equipo, del cual se siente orgulloso. Para ellos, las Normas y el Alma no son una fuente de conflicto sino de capacidad para crecer. Al trabajo se debe venir motivado de casa. No creo que ninguna empresa pueda motivar a nadie. Los motivos por los que nos movemos son personales, sin embargo una empresa si nos puede llegar a emocionar. Conozco las metas, es posible conseguir el objetivo, cuento con medios, me gusta, puedo contribuir a ello, tengo capacidad (intrínseca o me han formado para ello), me siento coordinado y me veré recompensado. Imagina lo que una empresa, equipo de trabajo, o grupo político, puede conseguir emocionando.
El Liderazgo Creativo
Las ideas son de las personas, no son de una empresa ni de un equipo. La unicidad de las ideas no existe, nadie piensa exactamente igual que su compañero/a. El liderazgo de estos equipos utiliza la capacidad individual de idear y la capacidad del equipo para desarrollar y ejecutar. Seguro que el señor Tailor no estará de acuerdo conmigo, pero como está muerto no podrá rebatirme que el desarrollo de tu creatividad individual y la de tus compañeros te hacen el trabajo más fácil.
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